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Musicoterapia en Uruguay


ENTREVISTA A AMPARO ALONSO
Amparo Alonso nació en Montevideo en 1942. Inició sus estudios de musicoterapia con 42 años cuando ya tenía una gran trayectoria profesional en disciplinas que, aparentemente, no tenían mucho que ver. El pasado mes de agosto obtuvo el título de Magister del Modelo Benenzon de Musicoterapia. Me cité con ella en CITAC, centro cultural y terapéutico que dirige desde hace más de 25 años, situado en el famoso Barrio Sur de Montevideo. Descubrí a una Amparo risueña y cariñosa. Es, además, una gran estudiosa con formación en múltiples áreas como psicodrama, masaje, psicosomática, bioenergética, terapia gestalt, sexología. Pero lo más lindo de Amparo, además de su voz melodiosa, es su bondad y su entusiasmo por la vida. Sigan, sigan leyendo, no tiene desperdicio.
 A Amparo le hubiera gustado estudiar medicina pero no pudo porque era difícil a fines de los años 50 siendo mujer y teniendo hijos. Primero empezó a trabajar en el área del masaje terapéutico. Se formó seriamente y trabajó durante más de 12 años. Eran masajes para recuperar todo tipo de lesiones del sistema nervioso, muscular, locomotor. Más tarde estudió psicología. Un día, escuchando radio Sarandí empezó a hablar Lyda Florez sobre una escuela que habían formado junto con la psicóloga Nora Fariña, Nancy Introzzi, también psicóloga especializada en psicopedagogía, Cristina Segundo de Lagomarsino, la que fue la directora del Centro para las Artes, y Rolando Benenzon. Esta escuela unía a quienes tenían conocimiento de biología del cuerpo, psicología, música y arte. Se enamoró y se apuntó.
¿EN ESE MOMENTO EMPEZASTE A ESTUDIAR MUSICOTERAPIA EN EL CENTRO PARA LAS ARTES?
Sí, exactamente. La carrera en aquel momento duraba tres años, ingresé en 1982 y me recibí en el año 1985. Recuerdo que en 1987 el CLAM -Comité Latinoamericano de Musicoterapia- organizó una reunión de asociaciones, entre las que estaba ASUM -Asociación Uruguaya de Musicoterapia-, y pedían a las personas, que fueran representando a sus asociaciones, que presentaran un documento sobre “El rol del musicoterapeuta”. Yo fui la representante de Uruguay y mi documento fue elegido como Documento Modelo. Después me vino un periodo en el que no pude viajar ni a los congresos ni a cursos. Así que hice todo lo que se organizaba acá en Montevideo y tuve la suerte que en esa época se hicieron cosas muy importantes. Recuerdo que Rolando Benenzon vino varias veces. Siempre estuvo muy vinculado con Uruguay.

 ¿CÓMO FUERON TUS PRINCIPIOS COMO MUSICOTERAPEUTA EN MONTEVIDEO?
Por suerte trabajé mucho e interdisciplinariamente porque me invitaron a integrar varios equipos. Me llamaban para trabajar en neurología, en colegios, fue realmente muy bueno. También el hecho de recibirme a esa edad fue positivo porque la madurez me vino a favor. Tengo formación en psicodrama, en bioenergética, en gestalt, en sexología y todo lo volqué en mi profesión. Hellen Bonny, fundadora del Método GIM –Imagen Guiada y Música-, se formó con los mismos maestros que pudimos disfrutar en Montevideo en los años 90. Toda esa línea constituyó un referente en el trabajo corporal. Y mi manera de trabajar tiene que ver, no solo con el modelo GIM, la visualización, el cuerpo, y el viaje musical, sino también con la corporalidad, su dimensión subjetiva y expresiva porque me formé en psicodanza con Rojas Bermúdez. Mi línea de trabajo siempre incluye el cuerpo, pero no es expresión corporal, es musicoterapia.
Hoy y por suerte, tengo la validación del Dr. Benenzon. Conoce mi trabajo y sabe que en el setting no utilizo siempre instrumentos, sino que trabajo muchas veces con música editada y él me lo respeta siempre y cuando se cumpla con el encuadre de lo no verbal. No lo oculto. Pero en un momento, acá sola y en Uruguay, muchos colegas consideraron que no era musicoterapia. Otros se enamoraron del trabajo y el documento que mencioné antes me ayudó muchísimo.
El fundamentalismo absurdo se da en todas las disciplinas, no solo en esta, cuando eres innovadora. Fui innovadora pero respetando siempre los encuadres y las enseñanzas. El modelo Benenzon para mí ha sido fundamental, pero también naturalmente me abrí, y eso no siempre es bien visto. Tuve que sufrir en varios momentos dificultades con algunos colegas, que consideraban que si la gente se movía con música editada no era musicoterapia. Me aguanté en el molde…Trabajé en lo que creía, con seriedad y con gran respeto.
¿CUÁLES SON LOS FUNDAMENTOS DE TU MODELO “MUSICOTERAPIA CORPORAL Y GRUPAL”?
Yo elegí trabajar de forma grupal. La base es el modelo Benenzon. Es no verbal, a través de intermediaros musicales y corporales, con propuestas sonoro musicales. Es fundamental comprender y usar adecuadamente el principio de ISO –Identidad Sonora- porque tienes en cuenta al otro, su cultura, su historia, lo que le gusta, por qué cosas está atravesado. Si para ti el ISO es un principio, entonces es difícil que vayas a errar, tu comunicación va a ser muy respetuosa, con una gran escucha, con capacidad de espera, sin precipitarte. Es fundamental.
De acuerdo a la metodología de grupo operativo de Pichón Rivière, trabajamos alrededor de una tarea. La tarea en nuestro caso tiene 3 soportes: la música, la géstica y el tema central de cada sesión. El tratamiento y análisis de ese tema central, por ejemplo; la dificultad de escucha en la comunicación, no debe ser hablado, sino cantado, danzado, dramatizado.Es importante la comprensión y transformación evolutiva de las modalidades, generalmente no conscientes, de comunicación no verbal. Lo que se investiga es, cómo negocian entre sí las personas, el manejo del espacio –proxemia-, el manejo del tiempo –cronemia- , de sus actitudes –kinésica-, cómo regulan el uso de símbolos –diacrítica- o qué características tienen los matices de sus comunicaciones verbales –paralingüístico-.
También es importante comprender la importancia del concepto de mediación, de tercerización, resaltando que la comunicación privilegiada en este trabajo, no es la verbal, sino que es tercerizada en formas musicales y corporales propias del lenguaje no verbal.
Por otro lado, el trabajo se apoya en el Método Dalcroze. Se escucha y comprende la música como si la estuviéramos solfeando: vamos arriba, abajo, rápido, lento, punzante. También es fundamental en mi trabajo las funciones yoicas de Fiorini. Par mí es de los aprendizajes más importantes. Cuando el cuerpo está implicado, todas las funciones yoicas están implicadas también. Entonces, se trabaja la percepción, anticipación y la organización, no como objetivos en sí mismos, sino como parte de la tarea que se está desarrollando.
Y por último, tengo en cuenta los aportes de las neurociencias, conocimiento de ambos hemisferios, del cuerpo calloso, del cerebro trino, del hipotálamo y de la relación entre emociones y funcionamiento cerebral.

 ¿QUÉ OTRAS DISCIPLINAS HAS VOLCADO EN TU TRABAJO?
La psicodanza me llevó a Jung. Y empecé a trabajar con los arquetipos que es otro intermediario. En los arquetipos se ven a las personas como grandes organizaciones energéticas. Entonces, puede tener maneras de entender a las personas que están en la sala, de acuerdo a cómo se comportan no verbalmente. No es a través de la palabra, es cómo se comportan con los demás, cómo usan el espacio, el sonido, la consigna, cómo dicen después verbalmente lo que les pasó. Entonces tenés un sistema para entender. Deja de ser un gran desconocido el no verbal y pasa a ser algo que lo ves, lo lees, lo podés organizar, puedes hacer devoluciones adecuadas y puedes usar consignas no verbales reparadoras.
Es fantástico. Me encanta trabajar en grupo, en lo no verbal, con la música y el sonido, pero además, saber qué le pasa a la gente, conocerles, entenderles, aceptarles en sus diversidades, y conocer su campo energético.
¿NO UTILIZAS INSTRUMENTOS MUSICALES?
No los toco yo, o no los pongo en el setting, pero sí están en la música editada. Tengo una musicalidad intuitiva. Estudié solfeo, me formé en el Método Dalcroze, toco piano y guitarra, leo música y toco directamente, pero no soy música profesional. Ayudo a que la gente saque su musicalidad, pero mi instrumento es el cuerpo y he seguido mi instinto. Se puede ver un uso autístico del cuerpo, o cuando se hace un uso invasivo, manipulador. Todo lo ves. Esto no nos aleja de los que trabajan con el setting de instrumentos, o a los que trabajan como yo, sino que nos acerca. Si traducimos, hablamos de las mismas cosas. Solo que elegimos un intermediario diferente. Esa es la clave: mismo código, pero diferentes sistemas.
¿CÓMO TRABAJAS A NIVEL INDIVIDUAL?
Siempre combinando verbal y no verbal. Aunque al principio trabajé con el sistema Benezon puro con autismo y retardo. Tuve la suerte de que en la escuela de música Yamaha me pidieron que armara un departamento de musicoterapia para trabajar con los docentes y también con los padres que fue utilísimo. Hay que hacer la terapia de la comunicación no verbal. En el caso de los autismos o los casos de retardo, es importante entender que ese otro ser no entiende del todo las palabras pero que sí entiende el tono, los gestos, de qué forma nos acercamos y nos alejamos; y que de a poco va construyendo su lenguaje verbal, pero que todo su mundo es no verbal y que así construye sus cosas- en la primera infancia-.
Por otro lado, con los casos de retardos trabajé mucho con la canción trabajada con el cuerpo. En esos años estábamos en dictadura y un grupo de docentes, del mundo del teatro y músicos compusieron “Canciones para no dormir la siesta”. Cantaban en todos lados, en los parques, en las calles con los niños y los padres. Todas las composiciones tenían que ver con el despertar, el dormir, el guardar los juguetes, con la vida diaria. Fue una gran herramienta para que los padres cantaran con sus hijos. Y sugerían que no solo dieran órdenes verbales, sino que dieran órdenes cantadas. Esto ayudó mucho. Lo difícil si lo hacemos cantando es más fácil. Está el humor, la comprensión…

TENGO ENTENDIDO QUE TAMBIÉN TRABAJAS CON ANCIANOS, ¿CÓMO ES EL ENFOQUE?:
Sí, con las ancianas trabajo mucho la postura, la escucha y la percepción. Junto con la postura física el esqueleto biológico se despiertan sensaciones sobre el esqueleto de la resiliencia, de la actitud, del ánimo. Ese esqueleto que se hace con los espejos, con los ejercicios, se hace con la música y pasa por la aceptación del “yo soy”. El estar en buena relación con el envejecimiento, ya que en realidad estamos programados para eso. La pérdida de mil cosas, si estás bien, lo vas aceptando, lo vas entendiendo. Esto pasa como con el resto de los seres vivos, te entregás con humildad y sabiduría.
También trabajamos la atención, percepción, funciones de memorización. Si estamos activos, leemos, hacemos ejercicios, va a ser muy distinto porque vas a tener un contenido, un lenguaje, una serie de intereses muy ricos aunque te pasen muchas cosas propias de la vejez. Hay que seguir trabajando la sensibilidad, la percepción, el detalle, apuntar a la excelencia. Todo esto apoyado en el cuerpo y en el sonido. Lo amo. Y para mí esto es musicoterapia, cumplo con las leyes pero con variedades.
¿CÓMO VES LA MUSICOTERAPIA EN URUGUAY?
Muy mal herida. No porque no haya capacidad sino porque se produjo una herida de la que no hemos podido recuperarnos. Mucha gente no está en el país, que constituían la antigua ASUM, ahora están en Chile, EEUU, España, y las que quedamos no hemos tenido ni las ganas ni las fuerzas para armar otra vez algo.
¿DE TU HISTORIA SONORA MUSICAL QUÉ DESTACAMOS?
El color y la alegría musical. Más atrás hubo mucho dolor pero con mucha música, sobre todo española. También alegría. Estudié piano y solfeo 8 años. Allí en mi colegio fue que conocí el Método Dalcroze porque 2 monjas viajaron a Europa y lo trajeron, así que aprendí a solfear con la mano y con todo el cuerpo. Usaba el metrónomo y lo sigo usando en cada uno de mis trabajos. Conocí de cerca la Zarzuela, oída y vista. Hice Ballet Español y Ballet Clásico varios años. Después estudié guitarra e incursioné por el folclore de mi país y la región.
¿QUIÉN ES AMPARO? ¿CÓMO ES AMPARO?
Creo que quizá lo que más me define es la bondad en el sentido de la bondad del bien. Estoy llena de defectos, pero la bondad, el cuidar el bien, cuidar a las personas para que no se metan en el camino de los infiernos. Soy fuerte y débil, honesta y alegre. Me gusta la vida, mucho, mucho. Soy abuela, quiero ser bisabuela, soy madre, hermana, tía, hija, amiga, compañera, docente, cómplice.
Ahora en mi vejez le he agarrado la mano a la vida. Organizo mis cosas y mi vida, cuidándome y pensando cómo nos cuidamos para que las consecuencias no sean negativas. Así que hace falta mesurar, medir, no engancharse con la plata, es importante pero no lo es todo. Elegir lo que en realidad hace el Bien. Los afectos, la salud, los buenos vínculos, cuidar la naturaleza. Cuidar la vida y sentirse viva.

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